Djemilla Tassin, una joven de 24 años apasionada del mar y ferviente protectora del mismo, ha creado un proyecto especial para todas aquellas personas que quieran aprender a navegar de una forma especial.
Con el Mini-Transat llamado Kairos, la joven ha conseguido llegar a 800 millas en regatas y 1000 millas en solitario en clasificación. Todo ello en un tramo de 6 meses.
Pero lo interesante del proyecto de Djemilla es que con su Mini-Transat Kairos quiere hacer llegar la navegación en solitario a todo el público que esté dispuesto a aprender como se hacía antiguamente con las cartas de papel y gestionando los propios recursos. Para eso, el Mini-Transat está dotado de placas solares.
Son muchos los aprendizajes que se obtienen navegando a través de Kairos, pero por sobre todo es el entendimiento del océano y del mar, y de todo lo que conlleva para nuestro planeta tierra.
Desde Retmar estamos muy felices de poder colaborar con este proyecto. Se le realizó los vinilos personalizados con nuestra técnica de rotulación de velas y embarcaciones.
A continuación, unas palabras de Djemilla Tassin en donde nos explicas la historia de Kairos y su proyecto:
“La mini-Transat es una regata amateur trans océanica que consiste en cruzar el Atlántico en barcos de 6,50 metros, los “minis” en solitario, sin comunicación ni asistencia. Los 90 jóvenes que cada 2 años se unen a esta loca aventura, tienen que navegar más de 4000millas náuticas entre Francia y el Caribe, haciendo escala habitualmente en las islas Canarias.
A bordo únicamente una radio vhf y un GPS sin cartografía, les permiten conocer su ubicación y comunicarse con los barcos cercanos. Con la ayuda del piloto automático, un día a bordo de un “mini” consiste en: navegar a máxima velocidad cambiando velas muy a menudo, dormir unas 6 horas y comer comida liofilizada, ya que el control del peso a bordo es clave para ganar millas en esta cáscara de nuez. La navegación es a la “antigua”, con cartas de papel para trazar la ruta, placas solares para cargar las baterías y radio a bordo para captar el boletín meteorológico.
Todos los problemas se tienen que resolver en solitario, por lo cual además de llevar el barco con velocidad, también es clave saber gestionar electricidad, reparaciones de velas,cabos y poleas, enfibrados en el casco y otras miles de aptitudes que los “ministas” aprenden mientras navegan.
Para optar a la inscripción de esta prestigiosa regata, es necesario sumar 1500 millas en regatas y 1000 millas en un recorrido predeterminado llamado la “qualif”, donde los navegantes demuestran sus capacidades de resolución de problemas y navegación en alta mar. Eso sí, el ambiente en los pantalanes donde estos intrépidos aventureros preparan las regatas es eléctrico y eufórico.
Lo que la hace diferente es que está abierta a “todos los públicos”. Cualquier persona con muchas ganas de aprender y valentía es bienvenid@ a participar. Esto es lo que me permitió tomar la loca decisión de comprar el mini número 552, Kairos, y descubrir las alegrías y las dificultades de la navegación en solitario. Después de un grado en ciencias del mar y muchos viajes a través del mundo, descubrí estos barcos y me enamoré a primera vista.
Para una joven científica apasionada por el océano y la vela, esta combinación de aventura, competición y retos es la fórmula mágica de la felicidad. Personalmente me entreno en la Base Mini de Barcelona, al mando de Anna Corbella y Oriol Pujol. A pesar de no tener una extensa práctica de navegación, Kairos y yo hemos conseguido llegar a 800millas en regatas y las 1000 millas en solitario de la calificación y todo esto en 6 meses!
Aparte de aprender a navegar en solitario y sobrepasar mis miedos más profundos, este proyecto consiste en compartir por un lado, mi fascinación por los océanos y motivar cada vez a más gente y a más mujeres en experimentar la vela oceánica, y por otro, que con los conocimientos científicos necesarios podamos entender y proteger el oro azul de nuestro planeta.”